Eran las dos de la tarde cuando una pareja llegó a la casa de los abuelos. Estaban ambos cansados de la larga caminata, pero pronto se dieron cuenta de que algo no estaba bien. La casa estaba completamente desierta y no había ningún sonido. Después de un rato, comenzaron a escuchar una música extraña que provenía de la sala de estar. Cuando entraron, vieron una figura sentada en la silla más cercana a la chimenea. Era una anciana vestida con una extraña túnica negra y una capucha que cubría su cabeza. Los dos se quedaron paralizados de miedo al ver aquella figura, pero ella los miró con sus ojos brillantes y sin decir una palabra. La mujer se levantó lentamente y se acercó a ellos. Cuando estaba a unos metros de distancia, levantó su capucha y una sonrisa maligna se dibujó en su rostro. En ese momento, la pareja comenzó a correr y no se detuvieron hasta que salieron de la casa. Nunca más volvieron a aquel lugar, pero muchas personas aseguran que, a veces, en la noche, se escuchan sus risas malvadas flotando en el aire.
